"EL PODER DE LA SOLIDARIDAD"

Por el Lic. Walter Choquehuanca Soto (Asesor-Consultor)
correo: wchoquehuanca@terra.com.pe
web site. www.choquehuanca.da.ru


La nueva integración cooperativa será: “flexible y temporal”, según las necesidades de oportunidad y desarrollo de cada tipo de cooperativa. Hasta me atrevo a decir que llegará el día en que ésta sea mixta: “cooperativas y sociedades anónimas” integradas a una federación nacional de servicios en donde se realicen operaciones comerciales y no un centro de politiquería barata social.

Las bases cooperativas para el año 2000 serán más importantes que las federaciones y la propia CONFENACOOP, ya que estas serán un recuerdo romántico de agrupación social.

Si mañana las cooperativas tienen que compartir su organización con las empresas de sociedad anónima para seguir manteniéndose en el mercado y poder atender a sus socios los servicios que vienen ofreciendo, que no nos extrañe, es el tipo de modalidad empresarial que deberá ser el nuevo modelo cooperativo para el año 2000.

Continuamente en el Perú surgirán nuevas cooperativas que llenarán el vacío dejado por las que se fueron y que además abren nuevos espacios a la creación de bienestar, mientras esto ocurra la sociedad cooperativa estará viva y su futuro de progreso asegurado.

Si no queremos ver condenado o confinado al movimiento cooperativo a actividades menos rentables, menos apetecibles, es decir, empresas de segunda categoría, debemos proceder a una decidida “cooperativización” del ahorro y la inversión. Necesitamos que las cooperativas sean siempre fieles a sus principios y no degeneren en actividades y poses capitalistas liberalizantes y tengan la posibilidad de disponer de recursos adecuados para sus altos fines empresariales.

El Cooperativismo para ser auténtico necesita ser democrático. La democracia se identifica con la libertad del individuo (socio), dócil a la ley de la mayoría.

Las cooperativas en nuestro país han satisfecho casi todas las necesidades del ser humano, desde la cuna hasta la tumba.

La primera manifestación de la necesidad de los cooperativistas es “preocuparse por los demás”.

Por eso, la primera responsabilidad social de nuestro movimiento cooperativo es asegurar su capacidad para continuar sirviendo a sus socios desde la capital hasta las zonas más alejadas del país.



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